Hasta hace relativamente poco tiempo, la impresión era muy distinta a lo que conocemos hoy en día, y es que se trata de un sector que ha tenido que adaptarse a la llegada de nuevas tecnologías sobre la marcha.
Si miramos retrospectivamente , y nos trasladamos a los años 70 del pasado siglo, nos podemos hacer idea de la evolución que experimentado junto al diseño gráfico. Se puede decir que la década de los 70 fue el paso previo al boom informático y a las nuevas tecnologías, ya que fue la época en la que llegaron los ordenadores. Material que los profesionales del sector de la imprenta no estaban familiarizados. Se utilizaban métodos tradicionales como la serigrafía o la ilustración manual para crear diseños.
Sin embargo, fue cuando nació el «píxel», junto a las impresoras láser de color o las UI gráficas y a partir de aquí comenzó la evolución. Fue un tiempo donde existía una gran demanda, ya que las empresas necesitaban crear marcas y recursos gráficos en distintas áreas como puede ser la periodística.
En los años 80 nació el diseño digital, y programas de diseño gráfico que ya están en desuso y la versión pionera de Adobe Illustrator, así como distintos tipos de tipografías, revolucionando el mundo del diseño.
Hasta este momento las impresiones se llevaban a cabo por métodos tradicionales. Sin embargo a final de la década de los 80 y principios de la de los 90, se comenzó a digitalizar la impresión. Algo muy importante en el sector, ya que de esta forma las imprentas podían hacer diseños de manera más simple, los trabajos se desarrollaban con los ordenadores y se profesionalizó más el sector.
Las impresiones se volvieron digitales debido a las innovaciones tecnológicas y a las evoluciones sociales. En la actualidad, el mundo de la impresión es 100% digital. Lo que consigue que los trabajos sean mucho más rápido, automatizado y eficaz.