El ITBA cuenta con un laboratorio digital, que genera desde piezas industriales hasta órganos para simular intervenciones quirúrgicas.
Nos encontramos en una sala en la que el silencio del personal contrasta con el ruido de las máquinas. El sonido es de las impresoras 3D, que trabajan durante todo el día y prácticamente toda la noche en distintos proyectos, uno de los cuales salvó la vida de un niño.
Fue hace unos pocos meses, cuando le detectaron un tumor, y la intervención era muy complicada. Los cirujanos decidieron improvisar sobre la marcha. En este punto la impresión 3D nos dio la respuesta: el laboratorio del ITBA imprimió una réplica en miniatura del riñón y del tumor sobre el que los médicos evaluaron la intervención.
«Estas impresiones permiten simular distintas durezas y colores y por eso podemos imprimir también simulación de tejidos. Entonces, con una resonancia magnética o una tomografía computada se obtienen las imágenes base y se imprime. Una vez que el cirujano estudia esa operación ahí puede pasar al paciente con la seguridad de que ya conoce con qué se va a encontrar. Es un cambio de paradigma para la medicina: hay que pensar que el cirujano encontró un montón de respuestas en la impresión que no estaban ni siquiera en el diagnóstico», explica Jorge Leporati, Responsable del Laboratorio de Manufactura Digital del ITBA, a iProUP.
La metodología todavía está en sus inicios pero, desde la entidad educativa ya planean a largo plazo. «En algunos países, esta técnica está cubierta por las pagas extra de manera obligatoria y nos encantaría poder lograr eso en Argentina», asegura el experto.
El caso de la cirugía al pequeño paciente es sólo uno de los proyectos que el ITBA tiene en mente para este laboratorio. El renovado espacio busca utilizar su equipamiento de última tecnología para estimular investigaciones y el desarrollo de prototipos de precisión.